No sé cómo decirlo, porque su estilo a la hora de decorar es inconfundible, y cuando menos, exquisito.
¡¡ Que se pare el mundo que me bajo !! Y no es para menos. Lo mismo dan tonos oro que pasteles, colores fuertes que paredes desnudas, lo retro con lo nuevo, lo vintage con lo clásico... hurgar en cada rincón que ha sido decorado por ellos es un lujo para nuestros sentidos.
Que, ¿todavía no os lo creéis? Pues, las cosas, como todo, tienen nombre y ubicación por muy originales que sean o por mucho que estorben. Eso sí, en Portland nada es un incordio para estos dos. Atentos a esos cojines de colores amontonados, a la mezcla atrevida de los cuadros y el aire clásico que aporta a la vez la mesita de centro de mármol, la forma asimétrica de esa puerta abierta en la pared a modo de separador de ambientes y el contraste entre el papel pintado y el turquesa del salón.
Y si eso os parecía poco, el acumulo de libros en esta habitación me resulta impresionante. Vete tú a saber si son cómics, novelas de ficción o libros de arte, historia, biología o decoración. De nuevo cojines y más cojines, todos distintos pero con un aire clásico, haciendo juego con los cuadros que cuelgan de las paredes y la cómoda. El cobertor de la cama es por lo menos de la época de mi madre, pero no por ello pierde encanto, con motivos florales y en color crema le aporta a la habitación un toque de armonía acogedor que suaviza los tonos oscuros escogidos para la ocasión. Respecto al papel pintado, no hay dudas, de hecho creo (y digo creo porque se ve algo borroso), que la lata ubicada encima de la vitrina está forrada con este mismo, a juego. Todo muy vintage.
Tranquilos, que no se acaba todo aquí, os voy a dar mucha guerra con estos, para mí, "Golden" Meyers.
Yo los encuentro muy cálidos ,acogedores y sobretodo con mucha vida.
ResponderEliminarGracias por tu comentario tan encantador,al fin y al cabo somos paisanas.
Un gran abrazo,
Cecilia
Gracias por tu comentario en mi blog.
ResponderEliminarMe encanta esta casa, se ve muy vivida y acogedora.
Bss