Menuda casa, ¿verdad? Resulta que sus paredes guardan algo más que un hogar al estilo vintage. El papel pintado, las formas geométricas, los rincones de luz y los sofás chillones son parte del decorado de un hotel en Praga.
Al parecer su decoración se basa única y exclusivamente en el culto a décadas anteriores, así que si te gustaría pasar unos días por Praga como en casa, no veo sitio más acogedor y en familia que este, fuera de publicidad o no publicidad, me parece un lugar para encontrarte en familia y revivir buenos momentos si tienes algún añito de más. En cuanto al butacón de cuero, nada que decir, el pie recuerda a los sillones retro de las barberías americanas, la piel le da ese toque señorial,. y en conjunto, una pieza única.
Nada que decir sobre el mini bar, papel pintado con efecto óptico, sillas altas para un cóctel, una caña o el café de media mañana. Ideal el rincón de lectura y las impresiones de un solo color, una época en la que el diseño gráfico empezaba también a hacer sus pinitos trapicheando con nuevas formas enteras y contornos imposibles.
Y para finiquitar esta entrada os dejo con todo lujo de detalles. Resulta que el bar era algo más que un sitio donde compartir el café, la salita de estar. Sofás en lineas sencillas y curvadas, colores vivos, detalles al suelo, complementos de la época y una colección de lámparas que tiñen el techo jugando con luz.
Qué, ¿os he encendido otra vez el gusanillo de las vacaciones? Desde luego que una escapadita a Praga no estaría nada mal, ¿verdad? No tengo el gusto de conocerlo, pero creo que es un lugar precioso, y hospedarse no va a ser problema me parece a mi.
Ah!! Y si queréis visitar a fondo el hotel, os dejo el link de su web aquí desde luego merece la pena echar un vistazo a las habitaciones, pues son auténticas piezas de colección por sí solas.
Un saludo =)
