. Una boda en un granero .

Tenía un poco olvidados a los recién casados, así que hoy, tras darme de bruces con esta maravilla de boda, me he decidido a preparar la segunda entrada para la sección, y es que mientras la revisaba en busca de algún fallo y con la música de Ben Harper de fondo, más la disfrutaba. 

El novio y la novia: jóvenes, guapos y muy divertidos. Los invitados: mesa para cinco (¿?).
El escenario: un granero en Canadá. Estilo, muy pero que muy, muy vintage.

Me ha surgido la curiosidad al ver que la mesa es solo para cinco, desde luego todo queda en la intimidad, y no por ello pierde el encanto que pudiera tener una celebración de las grandes. Aún así, no han descuidado ninguno de los detalles: popurrí floral, velas a distintas alturas y tul para el respaldo de los asientos. La mesa, una puerta restaurada, y de comedor, un granero.

La novia ... es de un mundo a parte. Su ramo de flores me tiene loca, pero el vestido no es para menos.

De encaje blanco, a media pierna y manga afrancesada. Un "sinpalabras" en toda regla.

Una muy buena inspiración para esos jóvenes con ganas de disfrutar que se dejan llevar por la sencillez y la intimidad sin perder de vista el mínimo de los detalles. 

Desde luego, no dejéis de visitar el reportaje fotográfico entero de la mano de Jessica Zais, cada foto invita a soñar, si cabe, aun más.